En primer lugar, podemos observar a nuestro personaje: es un hombre que carece de pelo, por lo que podríamos imaginar que está rapado. Este personaje está sentado donde aparentemente se encuentra un inodoro, con expresión de enardecimiento y excitación entre dos paredes que parecen contener rastros de suciedad, por lo cual, es evidente que es una fotografía a color.
Esta obra responde a un formato horizontal, debido a su tamaño desproporcional de los grosores del margen derecho e izquierdo en función a su altura.
El punto de atención está situado en la cabeza de este chico, que se encuentra en el centro de la imagen, esto nos ofrecería una sensación de estabilidad. Encontramos diversas líneas verticales que podríamos apreciar, aunque no lo son del todo, dan algunas connotaciones oblicuas en ambos laterales, rodeando al sujeto, esto nos ofrece impresiones de profundiddad y perspectiva, ya que en el fondo observamos lineas horizontales y verticales.
La luz se centra en el foco de interés, que es la faz del sujeto, como elemento visual fundamental, esto nos permite ver lo demás con un balance más oscuro.
La gama de colores por la que se rige esta composición en su mayor parte, es de colores cálidos, como la ropa del personaje o la suciedad aglutinada en las paredes. Localizamos la textura principalmente en los muros, no es una textura impactante, las formas dan percepción de suavidad.
Esto es una composición horizontal, debido a que destacan las líneas verticales con más intensidad frente a las demás.
En resumen, por lo que podemos apreciar en su gesto tan enfático, este individuo ansiaba llegar al inodoro sin importar en que condiciones higiénicas estaba, pues parece estar rodeado de heces.
